Omar-Leonel: ¿hacer pitcher?
Julián Padilla
El escenario nacional e
internacional que se vive en la actualidad, exige una alta dosis de la vacuna
“cero improvisación” con un refuerzo inevitable, “más experiencia”.
Ciertamente todo padre desea
que sus hijos tomen la antorcha, le sucedan y hasta le superen, aunque la
sabiduría del mismo Salomón nos recuerda en el Eclesiastés: “hay tiempo para
todo”. “hay tiempo para sembrar y tiempo para cosechar, tiempo para reconocer y
tiempo para corregir, tiempo para destruir y tiempo para construir”.
Estamos asistiendo a un
tiempo bastante trascendental en la humanidad, en la región, y nacionalmente.
La realidad es tan reconocida por todos a nivel mundial, continental, regional
y nacional, que no hace poco se hablaba, para citar un ejemplo, de una
“cumbre”, donde participaron tres ex presidentes y el presidente actual Luis
Abinader, bajo el pretexto, de acordar una posición política, no necesariamente
una posición país, sobre la situación y crisis de Haití.
Al involucrar al CES en esto
que vimos como un teatro agorero, pues amarra
los compromisos contraídos desde el 2012 con la Agenda 2030, los objetivos de
desarrollo sostenible y por ende, nos da la fuerza para hablar de “un teatro”
de los cuatro jinetes del apocalipsis al ventilar el tema haitiano, como si los
mismos ODS y agenda 2030 no trazó la pauta de ley traidora.
Pero ciertamente, el punto
neurálgico aquí, es la existencia de un escenario muy complejo, que no daría el
reconocimiento a más improvisaciones, dada la misma critica ganada por el
gobierno del cambio, en lo que va en los cinco años de gestión y lo que
seguramente implicará por su estilo lo que le resta.
Esto significa, que los que
están apostando a un ex temporáneo y sobre dimensionado posicionamiento, de una
candidatura presidencial para Omar Fernández, deberán esperar que el fruto
madure y que el mismo Omar Fernández demuestre por sí mismo, que tiene las
competencias, experiencias, liderazgo y carisma natural, para entonces
postularse con posibilidades de éxito electoral.
Claro está, si hacemos
comparaciones pelotero por pelotero de los equipos que irán al Round Robín del
2028, los cuatro grandes de la partido mafia, y excluimos a todos los
candidatos que han sido postulantes o ex presidentes de la república, el mismo
Omar Fernández podría competir de tu a tu, con la potencial oferta electoral de
los demás partidos restantes.
Cabe señalar, que eso que
podría calificarse como tiempo de madurez, también trae consigo una carencia de
tigueraje, que podría ser muy útil, para limpiar la partidocracia de tanta
corrupción y mafia que le tienen aun sobreviviendo, pero con un respirador
artificial.
Haga usted su propia lista,
reste a los ex presidentes, de los cuales solo Leonel Fernández tiene la
posibilidad legal actual de competir, y saque también a Leonel de la
competencia del 2028. Entonces pregúntese honestamente, ¿por quién usted votaría
con real vocación de poder? O sea candidatos de partidos que pueden producir la
victoria electoral.
Luego compare los candidatos
potenciales, aunque aún los partidos no han llegado a ese punto de definición.
Y créanme, que si Omar puede lograr un discurso que pueda involucrar una
promesa realizable, y que conquiste por lo menos a la clase media del país,
tendría amplias posibilidades de alcanzar el poder. Pero el discurso es clave,
para que sea totalmente creíble.
Sin embargo, en esta
competencia a todo terreno, en estos momentos, nadie discute el posicionamiento
que tiene el ex presidente Leonel Fernández, quien se avizora con una gran
posibilidad de éxito en las próximas elecciones, aunque falta porque defina un
discurso político, que no sea, “nosotros lo hicimos mejor”, para intentar
regresar al poder.
Retrotraer ese discurso
ubicaría a Leonel Fernández históricamente en el PLD, ya que cuando fue
presidente tres veces, pertenecía junto a sus funcionarios al partido de la
estrella amarilla. Sin olvidar que marcha verde destrono al PLD de los 20 años.
Esto significa que como reto
del destino, se obliga la FUPU a buscar una alianza con el PLD. En el PLD
no vemos un candidato que
compita con el ex presidente. Solo se tendría una oportunidad realizable, de
establecerse la habilitación de Danilo Medina, lo que también entraría al juego
del 2028 al mismo Luis Abinader. Hecho que re configuraría dramáticamente la
situación electoral próxima.
Viendo estos escenarios y la
probabilidad cierta de que el tablero electoral pueda modificarse sensiblemente
antes del 2028, el posicionamiento más firme en materia de candidatura
presidencial, aunque aun ex temporáneo, es la candidatura de Leonel Fernández.
Por eso titulamos este
escrito usando el término usado en la pelota criolla, cuando se le grita al
bateador, “no haga pitcher”. Esto se da cuando el lanzador esta descontrolado y
el bateador luce ansioso por batear. El mandato es claro, deja que lance, batea
en conteo, si te dan la base por bolas cógela. Juega para el equipo.
Esta es la situación que
puede notarse en el caso de que Leonel le ceda la candidatura a Omar. Aunque
desde nuestra óptica, sería un error que entregaría una cuasi victoria
electoral en el 2028.
Al parecer, aún a sabiendas
de esto, se están desarrollando estrategias mercadológicas, para desde ahora
fijar un posicionamiento de Omar, aún cuando falta mucho camino por recorrer,
para que esa candidatura pueda ser realmente exitosa.
Y claro, si logra Omar
sembrar y cosechar una influencia creciente que le dote de un liderazgo
verdadero en la población dominicana. Un discurso totalmente creíble y que no
deteriore la imagen de su partido ni de quien le cede la antorcha.
Esto último es vital por los
criterios de lealtades y por una realidad que no puede soslayarse, me refiero a
las tasas de rechazo. Y si el discurso no destruye la fracasada práctica de más
de lo mismo, estaríamos nueva vez eligiendo entre los malos, al menos malo. No
olvidemos: “La honestidad no es privilegio de los años, sino de la cuna”.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Su opinión es importante!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.