FUSION MINISTERIOS EDUCACION. EL ERROR DEL 4%

 Fusión Ministerios Educación y el Error del 4%

Julián Padilla

El mismo fraude que ha representado las mentiras eternas convertidas en promesas jamás cumplidas por los gobiernos de turno, esa misma estafa emocional y material puede hacer un paralelo, al comparar los resultados obtenidos con la calidad de la educación en el país, a pesar de la aplicación del famoso 4%.

En adición a esto, los escándalos que han acompañado al manejo de esa importante cartera del estado, no dejan de hacer hoyos en todos los sentidos y no solamente el hoyo financiero. Tal vez el hoyo más difícil de subsanar es el hoyo ético, moral y la laguna identificable en generaciones, que han crecido alejados del apego a los principios, valores y la moral y cívica nacional.

Escuelas deterioradas, docentes que no califican al ser examinados, estudiantes que llegan a la universidad prácticamente analfabetos, profesionales que luego se gradúan y completan maestrías, sin hábitos de lectura, sin saber redactar, y mucho menos investigar.

Todo un proceso decadente y con lagunas profundas, que ahora parecen insalvables, con la imposición de la inteligencia artificial, y la sustitución de la lectura como mecanismos fundamentales no solo para el aprendizaje, sino para elevar la conciencia nacional.

Para colmo de madre como se dice en el argot popular, junto al escándalo aun no calculado correctamente de SENASA se realizan señalamientos que involucran al ministerio de educación superior. Coincidentes con la bengala que se adelanta, para realizar planteamientos públicos, para fusionar ambos ministerios el de Educación y Educación Superior en uno solo.

La vocación para ser docente, pues no nos gusta utilizar la grandiosa palabra de maestro, no es suficiente. Tener la inclinación para colaborar con el aprendizaje de los demás, mediante exposiciones, explicaciones, guianza, ejemplos relacionados con las ciencia, no es suficiente, si no contamos con el conocimiento que nos permita llevar a los alumnos la idea o conceptualización correcta de lo que debería ser conocido.

Preferimos utilizar la palabra conocido y no aprendido, aunque siempre se ha utilizado la máxima de que saber es recordar a tiempo.

Pero en el sentido práctico de lo que es la vida, sin el cambio de mentalidad y de conductas, no se puede hablar realmente de aprendizaje. Cuantas veces repetimos los mismos errores, porque no se trata de adivinar, sino de enmendar los entuertos, corregir el camino y llegar al lugar correcto.

Pero nos caemos en el hoyo y al volver a pasar volvemos a caer en el mismo, por lo que va quedando la conclusión de que no hemos modificado la conducta y por lo tanto no hemos aprendido.

Ese mismos circulo simple de aprendizaje, pensar, hacer, decidir, reflexionar, es lo que en principio nos permite acumular el conocimiento. Sin embargo los retos de la vida nos mueven a aguas más profundas y nos obligan a cambiar de paradigmas, moviendo las razones, los porque y los para que, hacemos o dejamos de hacer las cosas.

El presupuesto del 4% ya no es sostenible, no solo por los desaciertos de la gestión en el manejo de los fondos públicos, sino porque los resultados de los procesos educativos de este ministerio, no merecen el reconocimiento ni político ni social desde antes de la aprobación de ese famoso porcentaje.

Se aducía desde ese entonces que era un problema de falta de recursos, y de ahí se emprendió una lucha, que al pasar de los años luego de la conquista ha demostrado, que se ha tratado de un enorme saco roto y de una fuente inagotable para en enriquecimiento ilícito y de muchas otras maniobras del cuello blanco en la nación dominicana.

Mas que fusionar el ministerio de educación superior con el ministerio de educación, para hacer uno solo, lo que vemos es eliminar el ministerio de educación superior y convertirlo en un Departamento, una Dirección Especializada para guiar y fungir como rector del orden académico universitario.

Pero antes que dar ese paso, sería importante eficientizar las carteras de manera independiente, eliminando aquellas actividades y procesos que no agregan valor. De forma tal que con procesos simplificados, mayor eficiencia y productividad, se realice entonces la creación de la Dirección de Educación Superior y Tecnología, y se elimine el ministerio con el mismo nombre.

Para lograrse una efectividad en esta nueva estructura organizacional combinada, evidentemente será necesaria la creación de órganos especializados de control interno, y direcciones afines administrativas, financiera, de forma tal que el servicio de calidad de los procesos internos, puedan incluir a ambos grandes procesos en materia educativa a nivel nacional.

Si miramos la matriz de riesgo de realizar esta “fusión” de ministerios, caben preguntas clave que invitan a pensar muy bien la decisión previa la decisión de implementación.

Las malas prácticas de gestión hartamente denunciadas en el ministerio de educación por décadas, al famoso “poder de los maestros” y su gremio que imponen cualquier medida, paralizan la docencia en el país, y al final no dan resultados de calidad, según los estudios o resultados que se publican siempre en la prensa nacional.

Las mañas y malas prácticas administrativas, cuello blanco, sobornos, compras dolosas, y adoctrinamiento anti familia y anti soberanía, por aquello de la adopción de políticas transversales, apegadas a la “santa” agenda 2030 e infernales objetivos de desarrollo sostenible como motivación.

Y a esto podríamos estar sumando, la continuidad para asegurar que no se pierda el adoctrinamiento, y dar entonces consistencia a nivel universitario, en paradigmas que refuercen estos pensamientos globalistas y anti cristianos que se viven en muchas partes del planeta.

De repente son riesgos calculados, y el plan de seguir convirtiendo la nación dominicana en un laboratorio, y empujado una ingeniería social contra valores, principios, moral, cívica y ética. Podría ser todo un plan que terminaría de hundir a nuestro pueblo desterrando todo lo valioso desde nuestros cimientos.

Lo bueno y lo malo de la fusión y este pensamiento conspiranoide, todo junto en una gestión del cambio que al parecer, no dejara nada bueno a la nación.