Ni indexación ni más impuestos

 

Ni indexación ni más impuestos

Julián Padilla

El año 2025 ha sido el de la eterna discusión de la famosa cesantía, cosa que ha ralentizado la revisión y aprobación del código laboral. El concepto de los derechos adquiridos en materia laboral no ha estado en discusión, aunque si se han querido buscar modificaciones para dar cobertura a ese derecho, que tradicionalmente se ha llevado a cabo con el pago efectivo del pasivo laboral a favor del empleado desahuciado o despedido.

El rumbo que ha tomado la dinámica empresarial con las exigencias de una súper productividad, trae como consecuencia la potencial alta rotación de personal a mediano plazo, hecho que implica el tener las reservas adecuadas de ese pasivo laboral, para poder dar fiel cumplimiento a los derechos adquiridos.

Será necesario que el empresariado realice inversiones, para poder asumir la nueva y que el no tener que realizar desembolsos importantes por la cesantía, le permitirían el contar con un mejor flujo de caja. Tal vez por esto aun se insiste en realizar modificaciones al código, incluyendo alguna forma conveniente de pago de las prestaciones laborales y un seguro para dar cobertura al desempleo.

En este contexto surge entonces el tema de la indexación salarial, que solo se aborda del lado del estado, dado que ha sido contemplado en el código tributario aun vigente y que en teoría, liberaría de impuestos a una parte de la empleomanía. Aquellos que tienen salarios entre los 35 y 52 mil pesos.

El monto anualizado actual es de RD$416,220  y de aprobarse la indexación salarial por el lado de impuesto, el nuevo monto seria de RD$624,000  anualmente exento, esto impactaría no solo a los asalariados, sino a las personas físicas que realizan declaraciones juradas anualmente.

Se entiende que con este ajuste impuestos internaos dejaría de recibir  casi RD$25 mil millones de pesos, es decir RD$2 mil millones de pesos mensuales..Seguramente por esta razón, en el día de hoy hacienda insiste en estar abierto a ver el tema de la indexación salarial pero también hablar de otros impuestos. Pues sería tal vez la oportunidad de mas que compensar esta renta que ya no sería imponible, sino el iniciar con un proceso paulatino de reforma fiscal, que es el concepto que viene manejando su ministro.

Hay dos grandes temas que podrían presionar la posición de hacienda. Dar cumplimiento a los aplazamientos del famoso pacto fiscal contemplado en la ley 1-12 y por otro lado, el poder realizar inversiones públicas, que permitirán la reactivación de la economía, dado que estaríamos cerrando el año 2025 con un PIB de un 2.5%.

También hace presión el tema del uso de fondos públicos para resolver temas que no son de la nación dominicana. La reciente firma de la resolución en la asamblea de la ONU que implica la aceptación de refugiados haitianos, es una clara advertencia de ese gasto potencial contra nuestro erario. Personalmente nos oponemos a todo lo que se parezca a agenda 2030 y por ende a la dichosa ley 1-12 por su fuerte vinculación con ella y los pactos migratorios y de refugiados que contempla.

Entendemos que los momentos que vive el país, implican austeridad, que existen muchas oportunidades para que el gobierno central y todas las dependencias del estado, recorten muchos gastos. No hay necesidad de tantos gastos de representación, gastos de viajes en primera clase, gastos en súper comisiones, gastos en protocolos y vinos caros, amantes, queridas, coberturas de tarjetas de crédito asignadas sin límites, eventos internacionales que no suman otra cosa que figureo al país. También los gastos que podrían relacionarse con el nepotismo, medios, redes, compra de delegados y periodistas, y hasta el harem musulmán típico que un porcentaje de semidioses de la función pública mantiene a costilla del erario.

Es pues momento de no hacer exigencias al gobierno con el tema de la indexación salarial, eminentemente político, insensato y oportunista. Sobre todo, si a cambio de esto se desean plantear nuevos impuestos, cosa que parece previamente acordada entre los 4 jinetes del apocalipsis.

Conviene que se pongan las cartas sobre la mesa sobre el impacto que realmente tendrá la disrupción de IA en el mundo laboral en la República Dominicana. Así muchos potencialmente afectados pueden planificar su retiro anticipado.

Por estas consideraciones que les he compartido, entendemos que no es tiempo ni de indexación salarial ni de más impuestos que puedan perjudicar a la familia dominicana y sobre todo a la clase media.

Cabe sin embargo una medida de conciencia por el productor nacional y los comerciantes, para que declinen la posición agiotista que culturalmente han sostenido y al mismo tiempo, el engaño de la REDUFLACION practica engañosa, no regulada ni vigilada por Pro Consumidor.

¿Queremos paz, clima de negocios? No matemos a la gallina de los huevos de oro que es el pueblo. Me parece que hasta un sacrificio comercial, con reducciones de precios pre acordados y su congelamiento, podrían recuperar el poder adquisitivo, mientras se logra la reactivación de la economía.

Cuando en una familia el dinero no alcanza, lo sensato es no hacer inversiones ni tomar préstamos que no se podrán pagar, sino que la medida más sana es protegerse con el tamaño que tiene la sabana. Este mismo citereo, es el que debe utilizar un gobierno sensato. Si no hay más dinero, no hacer compromisos con los que no se podrá cumplir. Y decirle claramente a los sectores que luchan por reivindicaciones muchas veces oportunistas, que cuando el tiempo lo permita, se tomarán medidas para complacer esas necesidades.

Cito dos ejemplos que se pueden re definir de inmediato. a) No mas el 4% para educación. Que reciban lo que merecen recibir dada la baja calidad de sus resultados académicos. Que termine el atraco al erario, solo por seguir con el mismo inservible derrotero en esta cartera disfuncional. b) Completemos con la medida heroica que implica, no más gastos relacionados con atender necesidades de educación, salud, y otros que no sea para le exclusividad del pueblo dominicano.