Reto a los que aspiran gobernar
Julián Padilla
Quiero hacer una reflexión y
a la vez invitar a los que aspiran gobernar la nación dominicana, luego de los
resultados del próximo mes de mayo y a partir del 16 de agosto del presente
año.
No importa que se trate de
una reelección presidencial o de un pase de antorcha a un nuevo partido de
gobierno y aliados. Nosotros creemos que el principal punto de agenda para
cualquier nuevo gobierno tiene necesariamente que partir, de una revisión
inmediata y completa, a la ley vigente de estrategia nacional de desarrollo
1-12.
Asegurando la calidad de
esta ley, siempre servirá de faro y de brújula, para la gestión pública de
cualquier gobierno de turno.
Es necesario garantizar a la
nación dominicana, que el ejercicio del poder y la gestión pública, obedece a
un orden y a una continuidad, fundamentada en una ley propia, con objetivos de
desarrollo y ejes estratégicos propios, y no siguiendo el espejismo y los
intereses supra nacionales impulsados por la agenda 2030 y la ONU, que tantas amenazas
ofrecen a las naciones, a partir secretos oscuros del globalismo, ahora
impulsado por Davos.
Asegurar pues una ley
propia, con objetivos propios y establecidos en función de un verdadero interés
nacional, tendría la muy alta probabilidad, de lograr la continuidad del estado
en la implementación de los planes de acción, para los objetivos finalmente
trazados.
Cada día nos damos mas
cuenta de la amenaza que en múltiples áreas de la vida, implica la adopción de esta
agenda 2030 y como amenaza a la familia, a la moral, a la ética, a los
principios, que son la base fundamental de las sociedades.
Este reto para el próximo
gobierno que surja, si se logra re definir una estrategia nacional de
desarrollo, con los objetivos realizables que deberíamos seguir, deben
acercarnos cada vez a satisfacer el verdadero interés nacional.
Conviene para ese ejercicio
tener presente que un objetivo, una meta, debe cumplir con algunas
características convencionales para poder ser planteada correctamente: ser un desafío,
un reto para la organización del estado, tener un horizonte de tiempo realista,
una fecha de realización que implique el compromiso, y tal vez lo mas critico: que
se constituyan en metas alcanzables.
De nada sirven las metas que
no se podrán alcanzar, ya que no solo no se logran, sino que además malgastan
recursos y desalientan los equipos dedicados al logro de las mismas.
Todo parece indicar que
estos objetivos de desarrollo sostenibles impuestos por la ONU en la famosa
agenda 2030, tienen agendas escondidas, que implican acciones que si son
realizables, aunque los objetivos mismos queden en el abismo, y los recursos
invertidos caigan en saco roto.
De hecho, gracias a estas
agendas escondidas, han surgido y se han promovido, una serie de ONGs que
buscan dar seguimiento en los países de los avances de temas específicos y que
mantienen a la colectividad prácticamente en jaque, pero sin avances reales
para el logro de las ODS. La batalla cultural se nutre de estas
especificaciones, aunque se mantenga la utopía de un gran objetivo como algo
realmente alcanzable y sostenible.
En estudios recientes y análisis
compartidos por diversos analistas internacionales, se ha señalado que los
famosos ODS nunca serán alcanzados, sobre todo tomando como ejemplo los más
impactantes para toda la humanidad, tales como: hambre cero, adiós a la
pobreza, empleos dignos, entre otros.
Solamente al tener que
coexistir con los mismos postulados de la competitividad, la productividad
país, el deterioro real de los términos de intercambio, la libre empresa, hacen
imposible estas pretensiones.
En nuestro caso, algunos
temas fueron incluidos en la ley 1-12, para obligar al país a su
implementación, ya que “una ley lo manda”, esto a pesar de que no se desprende
de la mejora real de la calidad de vida de la gente, sino que por el contrario,
localmente la praxis política invierte el concepto, pretendiendo que el pueblo
sea para el gobierno y no el gobierno para el pueblo.
Ahí podemos encontrar temas
tales como el pacto eléctrico, pacto fiscal, pacto migratorio, pacto de
refugiados, una serie de reformas y políticas transversales, incluyendo temas
críticos para la familia como es la educación y la ideología de género, el aborto,
el matrimonio igualitario y otros temas de la citada batalla cultural impulsada
por el globalismo, que algunos se atreven a llamar: neo marxismo.
Todos estos temas impulsados
por la agenda 2030 y ahora por Davos, quien también patrocina una inteligencia
artificial, que nos esclavizaría cada día mas y se constituirá en el principal espía
que cada persona tendrá en sus bolsillos o en la palma de su mano.
Pero independientemente de
esto y a propósito de esto, queremos compartir con ustedes, una secuencia de
comentarios y preguntas correlativas, que parten de diferenciar lo que es el
rol fundamental del gobierno central y los gobiernos locales.
El gobierno central debe ser
quien dirija el proyecto de nación, por
eso la importancia de asegurar esa estrategia nacional de desarrollo revisada,
para que los objetivos que tengamos aquí, sean alcanzables y no se pierdan los
recursos en saco roto. Tratando de alcanzar la luna con las manos, cuando no
será posible. Y en la sucesión democrática de gobiernos, asegurar la
continuidad del estado en la gestión pública.
Si recordamos el hecho de la
misma argumentación que planteaba la Cepal, el FMI y el mismo Banco Mundial,
durante la pandemia, de que por ejemplo Latinoamérica como región había
retrocedido 10 años por el impacto económico de la pandemia, caemos en cuenta
de que la lógica invita necesariamente, a revisar esta estrategia nacional de
desarrollo y sobre todo: sus ejes estratégicos, objetivos de desarrollo y
líneas de acción.
Desde el punto de vista
general, no es posible desde el surgimiento de la pandemia, pensar en un
cumplimiento con la fecha 2030 de esos denominados objetivos de desarrollo
sostenibles, en alguna parte del mundo.
Debería pues, repensarse una
nueva fecha conveniente, y tal vez sería más lógico pensar: replantear los ODS
con características realistas y alcanzables y pensar en la agenda 2050.
La visión de estado, visión
país, que está incluida en la ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo,
debe re pensarse y los objetivos nacionales re definirse o sustituirse, por objetivos
de desarrollo verdaderamente realizables y que se desprendan de un interés
nacional legitimo.
Un nuevo gobierno no puede
olvidar algunas cosas, sea cual sea el gobierno que surja a partir de las
elecciones de mayo. Algunas preguntas existenciales pero llevadas al terreno
del poder político, nos ayudan a allanar el camino y a mirar el escenario con
mayor objetividad y accionar táctico-estratégico:
¿De dónde vengo y como
llegue hasta aquí?. Estas dos primeras preguntas son clave y existenciales. Comprender
la historia del triunfo electoral y los compromisos asumidos con los discursos
de campaña, nos pueden acercar aún más al corazón del pueblo y seguramente
arrojaran luz para la caminata de cuatro años que nuevamente se emprende.
Aunque cabe recordar, que el
mismo sistema político vigente ha estado en cuestionamiento franco, y
precisamente algunas distorsiones podrían alejar el enfoque gubernamental del
verdadero interés nacional, intentando retribuir a los que financiaron la campaña
política ganadora.
Esta pragmática, ha definido
el acontecer nacional vez tras vez, por eso, la deuda social acumulada de los
gobiernos, ya luce impagable y la crisis del sistema de partidos y democrático
del país, indetenible y cada vez más profunda y contaminada.
Una correlación con esto,
fueron las ya famosas 7 palabras pronunciadas por la iglesia católica durante
la semana mayor. Queda clarísimo, que los males sociales que impactan a la
República Dominicana están vigentes y cada día más desatendidos y profundos.
También que el accionar de
los partidos políticos en el poder, ha hecho de la vista gorda la solución a
los mismos y que cada vez más importa más llegar y permanecer en el poder, que
resolver los grandes problemas nacionales.
Me encontré recientemente
con un artículo que fue escrito hace 54 años y para mi sorpresa, el titular y
su contenido, hablaban de los mismos problemas de seguridad ciudadana que
diariamente cobra vidas en todo el territorio nacional. Al determinar la fecha,
noté que en 54 años de historia, no hemos avanzado en materia de seguridad
ciudadana. ¿Qué está pasando con nuestra querida república dominicana?. Todo es
falsedad y comunicación estratégica.
Pero continuamos con estas
preguntas existenciales, dedicadas a los que aspiran dirigir los destinos de la
nación, en función de lo que debería ser su principal propósito de alcanzar el poder:
lograr que sus electores y todos los
ciudadanos de la nación entiendan que ese gobierno merece sus aplausos.
Cuando algo así suceda, no
habrá necesidad de que un gobierno intente reelegirse, pues sería el mismo
pueblo que lo pediría.
Esas primeras dos preguntas,
de donde vine, como llegué hasta aquí?, ¿A dónde quiero llegar?, son
fundamentales.
Pero esta última pregunta necesariamente amarra con
la comentada y ojalá redefinida estrategia nacional de desarrollo, que
proponemos revisarse, aprovechando los tres primeros meses de tregua política.
Formar una comisión para ello, compuesta por talentos que representen los
intereses verdaderos de la nación, para lograr una revisión plausible y
nacionalista.
Pero hay mas preguntas que
retan a cualquier nuevo gobierno: ¿Cómo agregar valor a la gestión pública?,
¿Con quienes debo de contar para llegar a buen puerto?.
Lograr aglutinar a los
mejores hombres y mujeres de la nación, sin tener en cuenta las banderías
políticas. No partir de falsedades como las vistas en algunos órganos
constitucionales, que en teoría respetaban ese criterio, pero al final, quedó
claro que impuso, el interés político no el interés nacional. La misma farsa de
siempre.
El pueblo debe percibir con
hechos concretos: disposiciones, normas, políticas, valores agregados a la
calidad de vida de la gente, cosas que favorecen al pueblo dominicano, no que
le humillan ni esclavizan más.
Parecería que los gobiernos
desde que llegan, se especializan en hacerle la vida imposible a la familia
dominicana. No dejamos vivir a la gente con los impuestos, y los funcionarios
roba que te roba en cada gestión de gobierno, y luego hay que aplaudirles.
Un importante porcentaje de
ellos se convierten en los nuevos semidioses de la sociedad dominicana.
Exhibiendo riquezas mal habidas, pero disfrutando de ese enriquecimiento
ilícito de manera impune, sin algún tipo de control, porque hasta ahora se ha
demostrado: que ni contraloría ni cámara de cuenta existen para beneficiar la
nación dominicana.
¿Pero conque y con quienes
contamos?. ¿Tenemos los recursos necesarios?, ¿tenemos los talentos apropiados
en los puestos adecuados?, ¿tenemos un equipo de hombres y mujeres competentes
y comprometidos con el bien de la nación?.
Aquí sobre salen tres temas
fundamentales. La reforma fiscal popular, la eliminación del criterio de los
bultos en las nominas por los compañeritos y el presupuesto nacional.
Esa reforma fiscal popular,
que nace obligatoriamente de recuperar los dineros que funcionariosm por
décadas han tomado sin derecho prestados del erario, y que ahora deberían
devolver. Haciendo innecesario, el cargar mas a la familia dominicana con
tributos.
Y por otro lado,
identificando a las personas correctas, sin distinción de banderas, para ocupar
las posiciones que exigen excelencia.
Y un tercer punto que
acompaña estos enunciados, la elaboración de un presupuesto que parta del
criterio del equilibrio, del no déficit fiscal, de no servir de materia prima a
la nueva corrupción administrativa, para promover más endeudamientos y más
impuestos.
Sin embargo el sin sentido
de una nueva gestión gubernamental comienza, con el reparto del botín, asignando
cargos fundamentales no a al talento dotado de las competencias requeridas,
sino a los compañeritos que hicieron el trabajo de campaña.
Es decir, respetando el
enunciado del botín de guerra, “merecido por los soldados victoriosos de la
guerra política”. (Sun Tsu).
Pero ¡ay si se quedan fuera
estos guerreros que supieron ensuciarse las manos, para alcanzar el favor
político del electorado!.
La trampa y la trama de la
victoria electoral, lleva muchas veces a un rumbo desconocido, que arriesga
grandemente la sostenibilidad del sistema de partidos y el sistema democrático dominicano,
por eso la crisis del sistema que tenemos y que queremos soslayar con
inventivas de todo tipo.
Las oportunidades se
presentan cada cuatro años, pero ya no por las esperanzas cifradas, ni por los
discursos que enamoran, sino por la conveniencia personal para alcanzar el
poder. No para servir al país y mejorar sus procesos y calidad de vida, sino
para provecho personal.
Los discursos han muerto y
con ello han quedado desfasados los valores, la ética y principios que deben
adornar el sueño político. Pero lamentablemente sustituido con creces: por los
cuentos, las mentiras, las utopías y los espejismos, en cada propuesta electoral.
Un circulo vicioso de las falsedades y des institucionalización que no termina
en el país.
Pero si sigue con esta
tendencia y se vuelve a repetir el circulo vicioso comentado, entonces: los
nuevos caciques y señores feudales de la gestión pública, se instalarán a
partir del 16 de agosto, para seguir maltratando al pueblo dominicano.
Y con esto, se ahondaría la
desconfianza y la rebelión que está ya a flor de piel en todo el territorio nacional,
entregara su protesta por defensa propia, ante autoridades que no merecerían el
respeto y que demostrarían una vez más, que se trata de más de lo mismo.
El reto a ustedes que
aspiran dirigir los destinos de la nación, es grande, importante, existencial,
determinante, y que como cualquier punto de inflexión, no tiene retorno.
Si la sociedad dominicana,
logra saltar el charco, deja de nadar en el fango impuesto por la clase
política, asegurar una alta dosis de auto respeto y con ello, respetar
sinceramente la función pública que le toca, a la vez que cada integrante del
equipo gubernamental, se asegura de ser un correcto ciudadano y servidor público,
su servicio será invaluable, pues estar enfocado a servir los sagrados
intereses de la nación.
Para que esto último
funcione adecuadamente, no basta con que las personas adecuadas estén en los
puestos adecuados, lo que implica una real reorganización en el sector público.
Sino que además, las
políticas y prácticas institucionales
deben re orientarse para que en ningún caso, se desvíe la atención de la misión
de cada entidad y mucho menos, que la naturaleza de servir al pueblo, se
confunda como siempre ha sido, con servirse para beneficio personal.
El liderazgo político
expresado en las ejecutorias de los nuevos funcionarios públicos, esta desde ya
retado. Ya no es sostenible un engaño mas a la nación dominicana y mucho menos
que la corrupción, el despilfarro y la impunidad sigan siendo la norma, para
privilegiar siempre a los círculos y anillos de poder predilectos.
Si queremos preservar
nuestra democracia, que cada día se aleja más de dejar de ser incipiente, por
la farsa que ha representado el sistema de partidos y electoral dominicano,
habrá que asumir un reto institucional e interinstitucional serio y profundo. Para
esto es mandatorio identificar y cambiar aquellos paradigmas lesivos y
sustituirlos por otros, que redefinirán para siempre una nueva cultura política
en la República Dominicana.
No
hay desarrollo sin educación, no hay educación sin aprendizaje, no hay
aprendizaje sin cambio de conducta, no hay cambio de conducta, sin nuevos
paradigmas.
El desarrollo organizacional
es pues un gran reto para el cambio verdadero en la gestión pública y en la
sociedad dominicana.
Pero evidentemente todo debe
comenzar con la conformación de quipos con talentos que vengo denominando:
lideres para el bien. Personas que sobre todo son honorables, y que saben
colocar el interés nacional sobre las coyunturas políticas inevitables.
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