Los
Pueblos de Latinoamérica: Chivos Expiatorios
Julián
Padilla
Los pueblos de Latinoamérica
no son los responsables de que los bandidos que les gobiernan, muestren
conductas con tantas tachas y abusen impunemente de ellos. Difícilmente
encuentre usted algún pueblo de Latinoamérica, donde este desfile a otorgar una
medalla al merito a su verdugo, su gobierno. A la larga todos huyen y la verdad
como siempre sale a flote.
Parece que un espíritu
diabólico posee a los presidenciables y encantadores de serpientes de nuestros
pueblos, capaces de colocar anteojeras en los corazones casi sin latidos de
nuestra bella región.
Latinoamérica no merece a la
gran mayoría de los gobiernos que les mal dirigen. Por eso casi todos, al
terminar sus gestiones, se ven implicados en múltiples casos de corrupción, de
mafia y de señalamientos, algunas veces disfrazados por los acuerdos políticos
que se dan con los bandidos que también le suceden.
Tome usted país por país,
caso por caso, y encontrara en los últimos 5 mandatos en cada pueblo
latinoamericano, miles de historias de abusos de poder, de crimen organizado,
de corrupción administrativa, de defalco y crímenes de cuello blanco, quedando
la mayoría impunes, por las falsedades de nuestros sistemas de justicia y por
la mentira que de hecho representan nuestros denominados sistemas democráticos.
Es que les importa muy poco
a los que mueven los hilos de poder en nuestros pueblos el jugar limpio, es que
en el fango el lodo es el baño natural de las ratas.
Me gusta llamar las cosas
por su nombre y es una pena, pues cada nación latinoamericana posee bellezas
indescriptibles comenzando por la calidad humana de su gente, su música, su
cultura, su historia.
Sin embargo, cuando nos
detenemos a ver el accionar político, todo el drama comienza, pues en el fondo
seguimos siendo esclavos de los usurpadores y traidores sociales de la
política.
Haga todo un viaje por Sudamérica,
pero si quiere comience por la casa del Tío Sam y comenzará a ver la podredumbre
desde la misma casa blanca. Pero suba alguito mas y deténgase en la tierra de
las cataratas y verá como esa sociedad cada vez más se corrompe, por un
pensamiento postmoderno que destruye los cimientos de la lógica natural de la
familia, como célula fundamental de la sociedad. Pero son países desarrollados
a imitar. Latinoamérica tiene una riqueza que jamás podrá ser imitada (aunque
si saqueada y neo colonizada) por estos anatemas de la humanidad: su cultura, su
fe y sus riquezas naturales.
Vea usted acusaciones serias
o retaliaciones, en los casos vigentes en la gran nación norte americana,
propietaria del derecho de hacer lo que le venga en gana en Latinoamérica,
hundida y asediada por los endeudamientos propiciados por el mismo FMI y Banco
Mundial con un activo sistema depredador de sus chacales (Perkins).
Esa gran nación principal patrocinadora
de la barbarie y la decadencia moral del universo cuando le conviene. Líderes
absolutos de una ética situacional, que le acomoda la carta que siempre tiene
debajo de la manga, para la extorsión y el chantaje a los neo colonizados
presidentes títeres, que gobiernan nuestros pueblos en Latinoamérica.
Pero no podemos culpar a
quienes nos alientan a seguir por el mal camino, traicionando casi siempre a
cambio de poder, las soberanías de nuestros pueblos. Debemos culpar a quienes
por la ambición de poder, se vuelven capaces de vender su propia alma al diablo
y hasta vender el mismísimo cuerpo de sus madres o de sus hijas.
La falta de honorabilidad
revestida de discursos bonitos pero baratos, se adueña de los escenarios
políticos en nuestros pueblos, que los mismos verdugos de nuestra historia se
han encargado de mantener analfabetos, o con una educación tan baja, que la
única salida que nos queda como pueblo es sobrevivir, y seguir apoyando a
bandidos para sustituyan maleantes en el poder.
Queremos magnificar y
satanizar lo ocurrido en el Ecuador, por una acción evidentemente contraria a
un derecho internacional desfasado de las realidades post modernas, donde la
moral, la ética, la conciencia social, el respeto a las leyes, la corrupción,
el crimen desde el estado y el abuso de poder, son la norma. Una regla con dos
caras en la misma moneda, siendo la más tenebrosa, la cara de mantener el
estatus quo de las mafias estatales impunes.
Un derecho internacional que
ciertamente protege a los perseguidos de manera injusta sobre todo por ideas
políticas contrarias, para mitigar los temas de retaliaciones. Aunque hablar de
ideas contrarias en un mundo sin ideologías y sin filosóficas, donde la misma
pragmática política lo contradice todo, es una burla a la inteligencia de los
pueblos.
Pero si partimos de la base
de la podredumbre comentada, fíjese como una misma nacional de México es quien
ordena la incursión en la misma embajada de México en el Ecuador, para apresar un ex funcionario sobre
el cual ya pesaba una sentencia que le condena.
¿Quién ha dicho, que son
personas beatificadas, para confiar ciegamente en la seriedad de las embajadas,
como si las mismas estuvieran inmunes de cometer delitos, atropellos, abusos y
hasta servir de parapeto para tapar crímenes de estado?.
El principio del respeto a
las embajadas obviamente está vigente, pero también están vigentes, la falta de
confianza ganada de un porcentaje importante de funcionarios, gobiernos y
presidentes de nuestros pueblos. La nueva torre de babel construida por los
arquetipos culturales que se imponen en la postmodernidad, no han traído nada
bueno para la defensa de la moral, la ética y las buenas costumbres. En
realidad, nadie sabe en quien creer y mucho menos en nuestros sistemas mafiosos
y corruptos.
La decadencia moral que
viven nuestros pueblos, sugiere un replanteamiento o al menos una reflexión,
para hacer más ancha la línea divisoria entre la retaliación, la persecución
política, y el apresamiento con una orden judicial procesada (sentencia firme),
de una persona que ha cometido un delito y ya ha sido juzgado por el más alto
tribunal una nación. Salvo en los casos donde se trate de regímenes
dictatoriales.
Si seguimos ahondando en
estos temas, no tiene sentido la persecución que vemos aquí en dominicana de
los temas del narcotráfico en la región sur, apoyando la avanzada de la DNCD
por los beatificados dueños del planeta y representados por Comando Sur. Y
nadie sabe si es parte del show reeleccionista para mostrar la súper eficiencia
del gobierno en otra área sensitiva de su FODA.
De que moral estaríamos
hablando, si no deja de ser cierta la expresión del ex presidente Medina,
cuando respondió a Tío Sam en su momento: que si aquí habían avenidas para la
droga, en USA habían 10 o 20 avenidas más para recibirla.
La doble moral debe
terminar, para que los pueblos de Latinoamérica dejen de ser conejillas de
indias, para que nuestros pueblos tengan gobiernos que se respeten y respeten a
sus pueblos y para que nuestras democracias dejen de ser lo que son: una Farsa
con Corbata pero en la que nadie lamentablemente ya cree, excepto los
oportunistas que se reparten cada vez el botín de guerra.
Por el momento los pueblos
de Latinoamérica son el chivo expiatorio de los delincuentes que les gobiernan,
aunque claro gracias al uso de los recursos del poder, se presentan todos como
los nuevos semidioses de la era de la inteligencia artificial.
Mientras la manipulación internacional
continua manejando las incubadoras que beatifican a los nuevos santurrones que
nos gobiernan: la ONU, OEA y otras entidades infernales de nuestro hemisferio,
los malos hijos de nuestras historias y nuestros pueblos, desgobiernan, se
enriquecen y luego como gallinas huyen, pues ni siquiera como el avestruz les
corresponde meter la cabeza bajo la tierra para no ver el ataque del león.
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