Cuando la estirpe es pura calaña
Julián Padilla
No hay cosa más cierta que
aquella frase popular e internacionalmente compartida que reza: el mono aunque
se vista de seda, mono se queda. Y claro, cuando caemos en el terreno de los
primates no debemos olvidar su eterno compañero: por la plata baila el mono.
Es que también es muy cierto
de que el amor al dinero es la madre de todos los vicios y que las mas malas
compañías corrompen las buenas costumbres.
Cuanta sabiduría en estas
frases, proverbios, refranes, llámele como usted quiera.
De ahí que pensáramos en
otro consejo sabio: no todo lo que brilla es oro. A propósito del que se quiere
proyectar como parte de una estirpe siendo pura calaña.
Entonces se mezcla todo, la
falta de oportunidades, los ejemplos de impunidad recibidos desde pequeño, las
demostraciones de delincuencia en toda la vida desde su niñez, la opulencia percibida
o vivida y la clara comprensión de que el camino para continuar con ese linaje
de la mafia en ciudad Trujillo tiene una sola ruta: corrupción, malversaciones,
enriquecimiento ilícito, sabotajes, robos, sobornos, extorsiones, asociación de
malhechores, sobrevaluaciones, tráfico de influencias y robo al erario.
En la madrugada de hoy, el
sueño se fue por un momento y revisando algunas informaciones nos encontramos
con noticias realmente indignantes. ¿Y cómo es posible, nos preguntábamos, que
instituciones tan importantes de la República puedan ser utilizadas a mansalva
para el crimen organizado, para la mafia, y para la extorsión en la nación
dominicana?.
Pero a pesar de los
descubrimientos, y de los sometimientos oficiales, no dejamos de sentirnos
traicionados y a la vez invitados a no respetar jamás, a aquellas instituciones
que por su misma naturaleza debían inspirar la confianza de todos los
dominicanos.
Y esa combinación entre
bandidos y funcionarios, civiles y militares, parece ser que tienen en una
virtual gangrena las instituciones de la nación dominicana. No sabemos
realmente como calificar o denominar el fango multifacético que les acomoda,
para el beneficio de una perenne mafia adornada por algunos ramos, por encima
del honor, la fe, el respeto y la confianza que aparentemente no se merecen, a
pesar de la investidura.
Y no se trata del
descubrimiento y del castigo de un hecho. Se trata de una cultura de aprovechar
los hilos del poder, para hacer lo que desde siempre quisimos hacer, pues para
eso cantamos victoria con nuestros nombramientos. Ahora soy un Jefote. “Y somos
gobierno, a lo que vinimos”.
Este recuento inicial le
deja a usted la aproximación e interpretación de los eventos ya comunicados como
hechos en la prensa nacional. Sin embargo sentimos más que una victoria por la persecución
de la corrupción, la evocación mucha tristeza, al ver en el fango que hay tanta
gente e instituciones metidas. Cuanta calaña pretendiendo ser de estirpe.
Y esto es o solo podría ser la
punta del Iceberg. Y para intentar mitigar el cáncer que envuelve a la
institución más sonada, y no dejar sola al cartel de los sapos, ahora se
publican de forma conveniente auditorias, de periodos anteriores, proyectando
la intención política, recordando
que esto es más importante que la verdad, y así indicar que ya el problema
venia desde el pasado gobierno e involucrando a un partido de oposición y su ex
candidato.. Como si la cultura y la mala práctica hubiese nacido en ese periodo
de gobierno.
Pero es aún más triste el
ver, a jóvenes que brillaron tanto pero que al parecer nunca fueron oro, el no
poder dignificar con conductas ejemplares las oportunidades recibidas.
Y con alguna probabilidad
poder cuestionar si aplican refranes tales como:: hijo de gato caza ratón o de
tal palo tal astilla. O aquella frase de Elito que hemos citado otras veces: la
honestidad no es privilegio de los años sino de la cuna.
Hay que cuidar con quien nos
juntamos, a quien incluimos en nuestros círculos de amigos, porque no solo
podríamos sufrir un daño colateral o la patada del ahogado, sin que tengamos alguna responsabilidad por
cualquier hecho, sino que también, podríamos ser influenciados para el mal y
también probar la suerte, convirtiéndonos muchas veces en peores delincuentes
que nuestros “súper héroes”.
Las malas compañías corrompen
las buenas costumbres. Así surgen las redes de delincuentes. Siempre hay dos o
tres novatos o pendejos que se dejan atraer por el falso brillo del dinero mal
habido. Luego pasan a ser los deseados chivos expiatorios de los reales
mafiosos y delincuentes.
El amor al dinero es la raíz
de todos los males. Y cuando los ejemplos que la misma sociedad ha dado impulsan
a más de lo mismo, como es nuestra partido mafia, entonces cuando llega esa
oportunidad de estar cerca de la piñata, no hay de otra que comenzar a darle
palos para completar la labor pirata, el saqueo a la nación.
¡Qué difícil es el poder
confiar en alguien en nuestro país!. Civiles y militares, gobierno y
gobernados, políticos y pendejos, bandidos y honorables, honorables y
funcionarios.
Se puede tener el poder, se
puede tener las coberturas diarias si lo quiere, se puede hasta hablar bonito y
vestir de Cartier. Pero el mono aunque se vista de seda, mono se queda. Si en
el fondo eres calaña, no hay manera de que seas estirpe.

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