martes, 8 de julio de 2025

CONSERVACION DE LA ESPECIE: PRIMERO LO PRIMERO


 

Conservación de la Especie: Primero lo Primero.

Julián Padilla

¿Quién tiene el poder?, esa pregunta una vez se la hice al socio de una prestigiosa firma de profesionales. Pues cuando se presento el dilema, de arriesgar la vida para atender a un cliente, el empleado sencillamente dijo, lo siento, pero no arriesgare mi vida.

Por eso le preguntaba al Director General, ¿quien tiene el poder?, ¿tiene el poder la empresa o sus empleados?

Y claro, no es lo mismo cuando las decisiones que se toman no incluyen el parecer de los colaboradores y se le instruye asistir a un trabajo en particular. En circunstancias normales, cuando no se corre peligro, la respuesta es prácticamente automática y los colaboradores se preparan y atacan e problema visitando y asistiendo al cliente en sus requerimientos.

Pero cuando se presenta el dilema de arriesgar la vida o la salud, o la prioridad que se da a otros temas, esta pregunta podrá ser válida. Hay un decir conocido, aunque no compartido por todo el mundo, pero que a pesar de esto no deja de ser cierto: “no todo el dinero conviene”, “hay dinero que no se gana”. Es que sin caer en los temas discriminatorios, esa debida diligencia también la hacen de forma consciente o inconsciente, aquellas personas sensatas y que tratan de mantener la integridad y la ética en sus relaciones comerciales.

Aunque claro, va a depender mucho del pensamiento, filosofía y el amor al dinero que se tenga, y que muchas veces pesa tanto, que sabemos hasta venderle el alma al diablo.

Pero aunque me adentre en este tema realmente es un preámbulo, al tema que nos invita a reflexionar y es la conservación de la especia. Aunque al presentarse el dilema para decir que si o que no nos atrevemos a realizar un trabajo por los riesgos para la vida, estamos en el mismo terreno de ese instinto de conservación de la raza humana que no es otra cosa, que la misma conservación de la especie.

Sin embargo hay un tema que esta acariciando a todo el planeta y que está situando a la raza humana en un potencial gran peligro. Si, ese mismo elemento disruptivo en el cual usted está pensando. La inteligencia artificial, la automatización de una gran cantidad de procesos de trabajo, el desplazamiento de un porcentaje superior al 40% de los puestos de trabajo, la presión competitiva, que hará que todo el monto cambie de paradigma y tenga que redefinir sus organizaciones, no porque se tenga el interés de hacer daño, sino porque para poder competir, será necesario hacerlo en calidad, precios, servicios, rapidez, costos y la misma rentabilidad del inversionista.

Esto lo hemos venido viviendo por décadas con otros elementos disruptivos que han cambiado la forma de pensar, actuar, gerenciar. Y ya es bien conocido lo que es prácticamente un axioma gerencial: cuando un paradigma cambia todos volvemos a cero.

Me imagino a los ilustres conferencistas facturando por hablar bonito, y sembrando con o sin conocimiento de causa, lo que será la gran tragedia humana, que previamente habíamos descrito en otro escrito.

Parece que estamos siendo reiterativos, pero la verdad es que luciría que estamos muy contentos con la posibilidad de hacer común el dicho que se utilizaba como chiste: cógele el sonido.

Es que como todo es virtual, digital, en una ocasión un señor hizo aterrizar a su compañero que trataba de convencerlo para que utilizara una alternativa distinta a lo que implicaba la forma natural de actuar, y entonces con sarcasmo, saco una moneda que tenía un hilo atado, lo tiro al suelo y le dijo, cógele el sonido. Ve y cobra con el sonido. Cosa realmente imposible.

Pero ahora no se trata de un chiste y talvez no sea el mejor ejemplo. Pero los “avances” de la tecnología hibrida, la capacidad de los robots de realizar el trabajo humano, la amplísima posibilidad de que el nuevo ambiente de trabajo, tenga que obligar a la coexistencia entre el hombre y una maquina que le colabora y hasta que le da órdenes o le supervisa o le controla.

El hombre, ha creado el mecanismo más deshumanizante de su historia. Con esto ha superado las mismas aspiraciones de ser dios y aquella conocida historia de la torre de babel.

Ahora desde otra torre, la torre de marfil, se dirigen los esfuerzos, para un desplazamiento masivo de puestos de trabajo, a todos los niveles. Se habla de la posibilidad de gerentes y hasta CEOs robots. Hablamos de robots en las calles patrullando, en los hospitales atendiendo pacientes, en los bufetes de abogado elaborando contratos, de repente, hasta el la casa blanca o el palacio nacional dirigiendo la nación.

Esa gran tragedia humana que representa que el derecho al trabajo y la dignificación que este produce, sea ahora compartida con las maquinas y que la ociosidad se fomente junto a los males que son consabidos vienen con ella.

La especie humana sin embargo despertara y como siempre no solo vencerá en la conservación de su especie, sino que destruirá como siempre a sus enemigos y en este caso, esa destrucción de este invento disruptivo, podría llegar a su fin, cuando ese despertar surja de forma planetaria, para preservar el sagrado derecho al trabajo que siempre ha dignificado al hombre.

Deberá surgir un nuevo Martin Luther King y otros líderes que defiendan los derechos humanos y de los trabajadores. No me refiero a sindicalistas que funcionan por precio, Sino a verdaderos humanistas que no se arrodillan ante ningún evento, ni se venden al mejor postor.

Este desplazamiento del hombre por maquinas, no solo traerá un ocio tremendo, sino también muchas enfermedades, frustraciones y muerte.

La conservación de la especie, triunfará nueva vez. Quienes quedarán en la obsolescencia o desplazados a un segundo plano, serán las máquinas y la pregunta que hicimos al inicio: ¿Quién tiene el poder? Tendrá que tener una respuesta fuerte y global: el hombre tiene el poder no la IA, ni los híbridos ni los robots.

 

 

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