Despierta
Soberano Mandante
Julián Padilla
Lo ideal es el respeto y el
fortalecimiento de las instituciones y evidentemente el que exista un estado de
derecho justo, verdaderamente democrático y representativo. Pero lo que
tenemos, aunque se quiera comparar y mostrar al mundo como un faro, constituye
una real pesadilla para los intereses no negociables de la nación.
La fachada de nuestra
democracia, por años catalogada de por políticos manipuladores como incipiente,
no ha sido más que una burla a las expectativas siempre traicionadas del pueblo
dominicano.
Utilizar la pantalla, el
micrófono, las cámaras y las luces y sumarle el sonido para que una voz fuerte
y decidida trate de incidir para que despierte el soberano mandante, tal vez
será la ruta que se tendrá que tomar.
Sin embargo, la falta de credibilidad
que se tiene hacia todo lo que huela a políticos es tan grande, que el solo
hecho de aproximarse al puerto y comenzar a subir al ese barco “institucional”,
comienza a enlodar de fango a todo visitante y a infestarlo para siempre de las
eses y orines de las ratas.
Una vez consultaba a un
amigo pastor, sobre la posibilidad de participar en una actividad política y
sus palabras resuenan hoy mucho más fuerte que hace 10 años cuando me dijo: “si
entras a una discoteca, aunque no fumes, saldrás de ahí con olor a cigarrillo”,
“si entras al barco de la política, será imposible que no te salpiquen los
olores propios de las alimañas, allí te encontraras con serpientes, tarántulas,
viudas negras, ratas, felinos y todo tipo de demonios”.
Al pasar el tiempo y viendo
el juego desde los palcos bajos, nos damos cuenta cuan en lo cierto estuvo el
amigo pastor. En otra ocasión otro amigo me dijo al notar mis preocupaciones y
publicaciones, debes participar en política, solo desde el poder se pueden
hacer los cambios. Una tremenda contradicción, un dilema que plantea una
píldora difícil de tragar y que deja un aroma que no sabría definir.
Otros muy dentro de la política
pero también amigos, me han sabido decir en momentos distintos, “tú fueras una
estrella como cuadro político”, otro ha sabido desafiarme diciendo que “baje al
terreno y tome un turno al bate”. En cambio en ambos casos he podido ver con el
tiempo, los acertadas que fueron mis distancias, y lo valioso que es el poder
no tener compromisos con los lineamientos que te hacen ser visto como un cuadro
político.
Aunque en el fondo, cuando
me miro al espejo, noto que mi rostro se ha vuelto cuadrado, pero no en función
de pelele que debe no decir nada, para no traicionar una posición partidaria,
sino de aquel que intenta guiarse por principios y siempre en busca de la
verdad. La fuerza de la verdad, lema que hemos escogido junto a tres acciones
especificas buscando la forma de ser ojos, ser voz y ser luz. La verdad con su
fuerza inmanente siempre encuentra como el agua su hueco, para salir a flote.
El agua de un rio fluye por
la ladera de una montaña donde nace, y toma la forma que el camino le da, pero
sin perder de vista su objetivo que es desembocar en el par. La sabiduría del bambú,
te plantea por otro lado, ceder ante la fuerzas de los vientos huracanados y
acostarse literalmente junto al suelo, y luego de pasar la tormenta, se vuelve
a enderezar, pero sin romperse.
Distinto al roble majestuoso,
que se opone abiertamente a estos vientos destructores, lucha incansablemente,
pero al terminar la tormenta, termina con su tronco quebrado por su rigidez
ante la vida.
Estos dos pensamientos, nos
colocan en un dilema frente a la vida, cuando intentamos guiarnos por
principios y valores y cuando optamos por la integridad como norte. El
pragmatismo en la vida política, ha sustituido la nobleza del pensamiento y la
fortaleza y la paz que se puede encontrar en hacer lo correcto.
Sin embargo, la definición
de lo correcto, no necesariamente están definidas por las leyes ni por la mal
llamada justicia de los hombres. Porque las leyes son creadas no por el
paradigma del bien y la verdad, sino por la adhesión de los legisladores a los
intereses de sus patrocinadores.
Por eso, hemos creado en la
nación dominicana un monstruo de mil cabezas, con una plataforma judicial
viciada por normas hechas a la medida de intereses maliciosos, y defender o
acusar, contara siempre, con el acompañamiento de las conveniencias y de los
intereses envueltos, más que la búsqueda de la verdad y de lo justo.
El Soberano Mandante por eso
debe despertar, porque ese monstruo de mil cabezas, planea agregar unas cuantas
cabezas más y de no envalentonarse, y de no imponer su deseo no negociable
mediante la fórmula mágica del Referéndum
del Soberano Mandante, terminaremos por ceder nuestra soberanía al amante
rubio.
Seguir jugando con las olas
del mar, creyéndonos que todo está muy bien porque no somos molestados, y
disfrutando de la vida mientras se destruye la nación, es un acto de
irresponsabilidad. La formula predilecta del Soberano Mandante debe surgir de
manera popular, ya que de forma institucional los captores del sistema
democrático (la partidocracia mafiosa y traidora) no está interesada en el bien
común.
Ese mecanismo hay que
definirlo, decidirlo, instaurarlo, imponerlo y demostrar, que eso que indica la
constitución dominicana, de que los poderes emanan del pueblo, también pueden
retornar a él, cuando está muy claro, que una mafia a destrozado las esperanzas
nacionales y se ha alzado con el santo y la limosna.
Despierta pues Soberano
Mandante, recupera el poder que solo te pertenece a ti, y acoge la noble tarea,
de re construir los muros de la nación dominicana y da a luz un nuevo estado
social, verdaderamente democrático y de derechos.

