Asalto
Nacional Combinado
Julián Padilla
Porque son como niños de
teta los funcionarios que han estado todo el tiempo saboreando la idea de
gastar lo que no tienen, han cedido en todo momento a la lujuria de sus
corrupciones codiciosas, aceptando todo tipo de coimas, mientras un congreso
nacional complaciente y sin calidad para ser un excelente fiscalizador, apoyo
por décadas, un endeudamiento que desde siempre ha sido insostenible, pero que
siempre fue parte del botín de guerra contra entrega la soberanía nacional.
Amenazados siempre por los
mal llamados amigos de la nación dominicana, los buitres y los chacales
acechan, mientras sacan sus dientes y sus uñas para devorar lo poco que queda
de la nación, o cobrarse como siempre con recursos naturales.
Los chacales volvieron a
intentar dañar el salcocho, claro motivados por la contraparte insaciable
local. No olvidemos que todo se pintaba color de rosas en el país de las
maravillas y apoyado hasta por las calificadoras de riesgos país. Y al unísono
con esto, personeros pagos de la misma claque especializada, se encargaba de
abrir el camino con la opinión técnica, académica y pública, para indicar lo
mismo que ahora el martillo del amante rubio desea apoyar, la insostenibilidad
fiscal.
Pero sobre este punto
gobierno y oposición están totalmente de acuerdo, pues sea Juan o Juana que
utilice la silla de alfileres, habrá más menudo en el botín de guerra, que es
el erario que se reparte cada cuatro años.
Y al referirse a esto,
siempre se pone de relieve el mismo punto de un déficit fiscal planeado, que se
necesita cubrir sin justificar, pues nunca ha sido consultado el Soberano
Mandante, si las pretensiones gubernamentales son aprobadas por el dueño del
erario.
Ese mismo monstruo devorador
que acompañó a los desgobiernos del Jacho Prendido, en todos sus gobiernos,
para luego querer vender la nostalgia de un acuerdo Stand Bye o Ajustes
Fiscales, donde siempre el pobre si hizo más pobre, la clase media desaparece y
donde solo quedan ricos los gobiernos de turno y sus nuevos desfalcadores del
erario.
Otro asalto a la nación es
un despropósito y es insostenible. Un asalto planificado, que viene sazonándose
desde que el pueblo dominicano supuestamente logró tumbarle el pulso al mal
llamado gobierno del cambio, y donde personeros anti pueblo han sabido decir:
quieren calles, quieren túneles, quieren acueductos, quieren escuelas, pero no
quieren reforma fiscal. ¡Cuánta irresponsabilidad para los mismos cuatreros que
destruyeron la economía del país en su momento!.
Ese mismo mecanismo
destructor del Jacho Prendido, era el camino malo señalado por Joaquín Balaguer
que gracias a los inolvidables y corruptos 20 años morados, ha vuelto a la
carga, para destruir hasta las reservas privilegiadas de la nación dominicana. Ya
no se hablara de tierras raras, sino de Nación Rara, de una generación Zombi
que disfruta más del maltrato de sus políticos que de una Salsa.
No serán extrañas las
concesiones que se avecinan y que intentarán ser el nuevo milagro económico
dominicano, para calmar la sed devoradora de las Condiciones Chacales y sus cómplices
locales. Parece que no bastó el entreguismo y el abuso de las entidades que auspiciaron
siempre nuestra falsa democracia y la desestabilización del país, cada vez que algún
gobernante se paraba en dos patas y hacia caso omiso al requerimiento leonino
del emperador de turno.
Imperio es imperio y esto
parece que lo olvidamos, pretendiendo que existe hoy en día un noble mesías en
la casa blanca, cuando no es más que la cara visible de un atroz devorador, que
impondrá sus criterios por encima de todos y hasta de la ley federal.
Estamos a tiempo de impedir
que se produzca un nuevo atraco a la nación, no solo impidiendo que se implementen
leyes y medidas que deterioraran aún más la calidad de vida de la gente. Si no,
evitando más entreguismo con nuestros recursos naturales: el oro, el petróleo,
el litio, las tierras raras, y hasta el espacio aéreo con cohetes turísticos, nuestras
playas, nuestro territorio y cualquier otro tipo de concesiones gravosas al interés
nacional.
El único camino transitable,
es el de la devolución de los dineros “tomados como préstamos personales de las
arcas del estado en las últimas décadas”, por los descendientes poderosos del
rey Atila, quienes han demostrado con su paso por la cosa pública, que donde
pisaron sus caballos, no crece la yerba, pues lo destruyeron todo. Pero todos
ellos están protegidos por una partidocracia mafiosa que lucha por no
desaparecer, a pesar de su desprestigio vital.
Pero seguimos dormidos,
mirando el espectáculo e intentando todos ser candidatos, mientras el hacha va
y viene y destroza el corazón de todos los dominicanos. Hay tiempo de hacer
patria y no les tocará al presente gobierno del cambio esa noble tarea, pues no
se puede dar lo que no se tiene, sino para que el mismo pueblo dominicano se
empodere y defina lo que quiere como Soberano Mandante. Y no permita que vuelva
el asalto al tren de la nación, como sucedía en aquellas películas del viejo
oeste.
Este nuevo atraco disfrazado
de imperiosa necesidad económica debe ser impedido, a no ser que el maquillaje
de las cifras del estado, sean reconocidas públicamente, para tal vez con esto
justificar las incoherencias del discurso y la narrativa de una gestión que se
auto destruye paulatinamente.
Si gobernar significa
destruir la nación dominicana, nuestro pueblo agradecería de manera muy
significativa, que se de paso a una nueva estrategia nacional de desarrollo,
acompañada de nuevos funcionarios en los tres poderes del estado y en los
distintos órganos constitucionales. Lograr esto sería prioridad del Soberano
Mandante, el cómo lograrlo deberá definirse, pues no existe fórmula electoral
para ello.
Seguir jugando a la política
con los mismos personajes corruptos de todos los partidos representados en el
congreso nacional, donde cada quien en
su momento hizo lo mismo, saquear la nación y destruir sus recursos
estratégicos, no tiene sentido.
Creo que ha llegado el
momento, del surgimiento de un nuevo enfoque y sistema de gobernanza, pues lo
que realmente es insostenible, no es el tema fiscal, sino el sistema político degradante
vigente y el mismo modelo de gobernanza.
